Castelló no es una ciudad bonita, lo fue en su dia pero sus mas "ilustres" hijos se encargaron de liquidarla. Con ella se podria hacer un compendio de aberraciones urbanisticas y sobraria material. Pese a ellos, ha sobrevivido algun rincón con alguna que otra herida. Uno de esos rincones, quiza el mas querido por los castellonenses es el Paseo de Ribalta, un jardin decimononico donde acudiamos los domingos a pasear, dar de comer a los patos, perdernos por sus laberinticos senderos o escuchar musica en el Templete. Aqui los lunes se montaba el mercado y en Magdalena y Todos Santos la feria de atracciones, y antes de eso se hacian bailes al aire libre en la desaparecida Pergola o a pasear en barca por el estanque. |